domingo, 4 de marzo de 2012

Nunca heredes un dragón con maldición. Autor Mateo Bertoghiati, alumno de 4 B

Había una vez un rey que había encontrado un huevo de dragón Sayón en las montañas de su pueblo. Como el rey era bueno y amable, en el castillo agarró su computadora y empezó a buscar por qué ocurrió ese hecho, la respuesta que encontró era que si encontraba un huevo de dragón Sayón tendría que ser bueno y amable, de otro modo si no lo hacía el dragón, cuando creciera maldeciría al dueño no amable y deshonesto. El rey se puso a pensar lo bueno que sería tener un dragón para ganar las batallas. Pasaron 6 meses y el dragón nació y pasaron 20 años desde allí. El dragón creció y el rey era muy viejo para seguir siendo rey, eligió entregar su trono. Entre los candidatos para gobernar había grandes, fuertes e inteligentes pero ninguno era honesto y amable hasta que encontró un jovencito pastor y amable pero no tan honesto aunque a simple vista del rey era lo que buscaba y el joven fue elegido y fue el segundo dueño del primer dragón. Un pequeño pueblo organizó una batalla, atacó y perdió por el dragón que eliminó a sus tropas pero el joven creyendo ser el mejor después de un minuto se murió porque el dragón lo maldijo porque no fue honesto.

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